En los 230 años del natalicio de Antonio José de Sucre. Estos seres de luz; los apellidos, vende patria y fascistas, no quieren que sigan naciendo, son peligrosos para los imperialistas. Nacido el 3 de febrero de 1795, entregó su vida a la liberación de Latinoamérica.
General en jefe del Ejército de la Gran Colombia, Presidente de Bolivia y gobernador de Perú. Dirigió las batallas más importantes para la independencia de Latinoamérica, Río Bamba, Pichincha, Junín y Ayacucho donde le concedieron el título de Gran Mariscal de Ayacucho.
Incondicional con el Libertador Simón Bolívar (con méritos de sobra), despertó la envidia de los traidores, ladrones del tesoro público, hasta lograr su asesinato por personajes conocidos de la Gran Colombia, unos juzgados y otros perdonados, delincuentes que aún pululan en esta época.
En las últimas líneas de estos poemas se puede calificar la grandeza del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
“Despierta cada cien años cuando despierta el pueblo”, Pablo Neruda.
“Esos son los imprescindibles”, Bertolt Brecht. (Prensa Ipasme / Gustavo Tovar Mijares / Foto / Archivo).