Por Gustavo Tovar Mijares
Parecía una película de ficción, pero lamentablemente era cierto. Ese 5 de marzo de 2013, Hugo Chávez Frías, quien cambió para siempre nuestra historia, había muerto. Un hombre con tanta vitalidad, empezaba su transitar en otros planos.Lo lloramos y nos arrechamos tal cual como uno llora a un familiar o un amigo muy cercano. Su quehacer en la tierra terminaba,comenzaba su pase a la inmortalidad.
Esa fue su misión, fue el líder que nunca habíamos tenido desde el Libertador Simón Bolívar.
A nueve años de la desaparición física del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, partida prematura de uno de los personajes más importante y polémico del siglo XX, sus enseñanzas siguen vigentes, no solamente en los cuadros revolucionarios, sino también con quienes los adversaron, trataron y tratan de desacreditar el nombre de quien cambió la historia de Venezuela.
Hugo Chávez Frías, se supo ganara su pueblo con hechos, no con palabras rebuscadas o altisonantes, como estaban acostumbrados los mandatarios de la IV República. En ese lapso había de todo, el que traicionó sus principios y vendió la Patria;el que se hacía llamar “bueno” y por primera vez en América puso en prácticala genocida política de las desapariciones forzadas de personas;el que dio un discurso en inglés en la OEA, como si el pueblo se alimentaba con eso; el ególatra y asesino; el refranero, autor de una masacre; el ebrio, también protagonista de otra masacre. Lo peor, algunos hasta repitieron.
A Chávez, los medios de comunicación de Venezuela y del mundo aliados a la derecha lo satanizaron, lo difamaron, pero el pueblo como, dice Alí Primera, “es sabio y valiente”, y no se devolvió. Después de su doloroso y prematuro adiós terrenal, eligió al presidente obrero, Nicolás Maduro Moros, tal cual como el Comandante Eterno, lo exigió.
Chávez, más allá de aquel fatídico 05 de marzo, sigue entre nosotros, en el corazón de su pueblo, más vigente que nunca, duélale a quien le duela.