En la sierra de Berruecos, Colombia, un 4 de junio de 1.830 es asesinado el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Militar, diplomático, político, estadista, y leal a la independencia de América, entre muchas de sus virtudes.
Los vende patria y traicioneros que han existido a lo largo del tiempo en cualquier proceso, no podían dejar pasar a este hombre con esa lealtad, es por eso que lo asesinan. ¿Cuántas traiciones no ha sufrido la Revolución Bolivariana?
Este Prócer de la independencia de Venezuela y de varios países latinoamericanos, fue presidente de Bolivia, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia, Comandante del Ejército del Sur y Gobernador de Perú.
Cuando fue nombrado jefe del Ejército del Sur de Colombia en 1.821, logra la independencia de Ecuador, con las batallas de Río Bamba y Pichincha, (1.824). En Perú luego de las victorias de Junín y Ayacucho, le confieren el título de Gran Mariscal de Ayacucho.
La amistad entre el Libertador Simón Bolívar y el Mariscal Antonio José de Sucre, fue de hermanos. Sucre admiraba la valentía de Bolívar, y este la capacidad del Mariscal para dirigir pese a su juventud. La fidelidad era el lema de tan notables venezolanos.
“Se ha derramado, Dios excelso, la sangre del inocente Abel, lo han matado porque era mi sucesor". Simón Bolívar, El Libertador. (Prensa Ipasme/ Gustavo Tovar Mijares/ Fotos Archivo).