En el 169 aniversario del 24 de marzo de 1.854, el presidente en ejercicio, General José Gregorio Monagas, firmó de forma definitiva e histórica, la Ley que abolió la esclavitud en Venezuela. Dicha demanda había sido defendida con anterioridad por los hombres más progresistas durante la gesta de la Independencia.
El Generalísimo Francisco de Miranda, convocó a los esclavizados a enrolarse en el Ejército Patriota, prometiéndole su libertad. El decreto del Libertador Simón Bolívar el 2 de junio de 1.816, fue el primer intento de abolir la esclavitud. Después de 38 años se hizo posible.
El peso de la libertad, para los esclavos, fue de mucha responsabilidad, encargase de sí mismo cuando se nace y se vive en esclavitud, su identidad; nombres y apellidos prestados, ir rodando de un sitio a otro, cuando no tenían donde vivir.
La liberación de los esclavos, estaba decretando la sustitución de un sistema basado en la explotación del hombre por el hombre. Todas sus potencialidades, estaban condenadas a una sobrevivencia miserable. Eran lo que hoy llamaríamos, excluidos de todas las posibilidades de una vida digna.
Desde esta perspectiva no es un capricho que nuestra Revolución se llame Bolivariana, hacer un país donde el pueblo sea gobierno. Los nuevos conquistadores de ahora, junto a las oligarquías criollas o foráneas, tratan de impedirlo. La Junta Administradora del Ipasme y las trabajadoras/es, se suman a la Venezuela que rechaza los imperios esclavistas.
“Ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre. La trata de personas y, en particular, la de mujeres, niños, niñas y adolescentes en todas sus formas, estará sujeta a las penas previstas en la ley”. Artículo 54 de la Constitución Bolivariana de Venezuela. (Prensa Ipasme/ Gustavo Tovar Mijares / Foto Archivo).