Escrito por: Juan Carlos Pineda Pérez @JCPP1980
En palabras de nuestro Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías “Nosotros encerrados en una celda y sintiendo las llamaradas, el temblor sacudiendo la tierra venezolana, un terremoto político muy riesgoso sobre el que estábamos todos.” Y es que, en nuestro devenir histórico la participación popular ha tenido momentos de suma relevancia, con actores que han permitido convocarnos para un esfuerzo y empresa común. Actualmente, dentro de este cambio en el comportamiento social venezolano, es justo y necesario decir que a partir del 04 de febrero de 1992 iniciamos un proceso para la construcción de una nueva Venezuela, la de un Socialismo propio.
Este proceso de construcción sustenta sus bases desde el primer momento, al comprender que el Pueblo tiene un rol específico en la toma de decisiones comunes, a razón de ello se efectúa la consulta aprobatoria de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año 1999, donde por vez primera el Estado se supedita a la voluntad común, ubicándose por encima del asistencialismo y la falsa academia que en buena parte de nuestra historia se encargaron de ocultar la realidad de nuestra sociedad, por lo que, es necesario apuntar a nuestro proyecto en su justa dimensión, afirmando que “solo el Pueblo salva al Pueblo.”
Se procura la consolidación de la paz social, entendiendo esta cómo la satisfacción en el nivel de convivencia para la mayoría de los venezolanos, nuestro socialismo, por ende, apunta al dinamismo de las estructuras del Estado, más eficientes que en el pasado, donde el vivir viviendo de nuestro Pueblo esta por encima de todas las cosas.
Éste nuevo momento trajo consigo situaciones de resistencia política y económica propulsadas por la oposición que condujeron a la entrada en vigencia desde el gobierno central de nuevas formas de políticas públicas de asistencia social, las misiones, que junto a la participación popular, hicieron todos los esfuerzos para aumentar y resguardar el ingreso familiar, consolidar sectores como la Educación, la Salud, la Seguridad, la Alimentación, la Vivienda, el Transporte, el vestido y la recreación, permitiendo avanzar de manera definitiva hacia lo que queremos ser, pero la resistencia encarnada por quienes se creen “dueños” de nuestro devenir político y económico ralentizaron el proceso de transformación democráticamente en paz, tergiversaron e hicieron del disenso y el consenso factores no inherentes al ejercicio democrático y estigmatizaron toda convocatoria a dialogar entre todos, porque - para ellos - hacerlo significaba la perdida de representatividad legítima, ubicando del lado oficial toda la carga del poder político.
Sea cual sea el sector, el país cuenta con probadas alternativas para superar las distintas vicisitudes, desarrollando y dinamizando nuestro aparato productivo junto al Pueblo, retribuyendo y devolviendole al venezolano condiciones de vida más flexibles y menos rígidas que las provocadas por las Medidas Coercitivas Unilaterales que aun hoy padecemos.
Nuestro empeño no pasa por fomentar desigualdades entre iguales, al contrario, pasa por superar nuestras desigualdades entre todos, razón por la cual, en este 68 aniversario del natalicio de nuestro Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías: “¡Convenzámonos!: el socialismo es el camino a la verdadera democracia, la democratización de la vida nacional, en todos los ámbitos.”