Escrito por: Rafael S. Chacón G.
Al hacer el recordatorio del 4 de febrero de 1992, es necesario realizar una retrospectiva histórica de los acontecimientos del 27 y 28 de febrero de 1989, a lo que el pueblo llano le dio la denominación del Caracazo, la primera insurrección popular en Latinoamérica que se enfrento a la política neolibereal del imperialismo norteamericano, donde los gobiernos acordaban medidas antipopulares con el FMI y la Banca Mundial, medidas estas, que conllevaban a privatizar empresas del Estado, a entregar nuestras riquezas naturales a las grandes trasnacionales y a cercenar los derechos laborales del conjunto de la clase trabajadora y a someter a la más profunda miseria y hambre a los pueblos.
Unos años después en 1992, ese 4 de febrero, insurgieron militares patriotas, contra el gobierno en ese entonces de Carlos Andrés Pérez, dirigidos por el Comandante Hugo Chávez, quienes se alzaron indignados por la represión a la que fue sometido el pueblo venezolano en los hechos del 27 y 28 de febrero de 1989 y en segundo lugar para enfrentarse a las políticas neoliberales de ese entonces, esta insurrección militar marca un precedente en la historia venezolana, porque fue un enfrentamiento contra el imperio yanqui.
Hoy la lucha de aquel entonces, la del 89 y la del 92 siguen vigentes, porque aún nos enfrentamos a ese oprobioso imperio, que nos tiene sometido a un bloqueo criminal, que han intentado invadirnos por distintas vías y no lo han logrado, gracias a la resistencia heroica de nuestro pueblo, pueblo consciente gracias al legado histórico que nos dejo sembrado nuestro Libertador Simón Bolívar y al Comandante Chávez.
El espíritu y valentía de lucha del pueblo venezolano y de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas debemos seguirlo enalteciendo, junto al llamado que viene haciendo nuestro Presidente Nicolás Maduro, a la necesidad de seguir defendiendo la patria, nuestra soberanía, la independencia, cambiar todo lo que debe ser cambiado empoderando cada vez más al pueblo y a la clase trabajadora, hacia la construcción del socialismo bolivariano.