Escrito por: Yoama Paredes
Miembro del Centro de Formación e Investigación Educativa “Simón Rodríguez” del Edo. Aragua.
y del Frente de trabajadoras y trabajadores de la Educación del PSUV ARAGUA
Era Octubre de 1988 y como profesora en el Liceo “Aquiles Nazoa” de Santa Rita en el estado Aragua, me dirigía a dar clase, compré, como todos los días, la prensa en el terminal de pasajeros y me senté en la camioneta pública a leerlo, me eché a llorar en la parte en que leí que unos campesinos de El Amparo habían sido asesinados por cuerpos de seguridad del Estado y que arrodillados y pidiendo por su vida les dieron tiros de gracia en la cabeza. Venezuela tocaba fondo y ya no había a quién acudir, Lusinchi con su vaso de whisky en la mano y Blanca Ibañez vestida de militar entregando la orden Libertador. Luego vino el estallido social de febrero de 1989, militares arremetiendo contra el Pueblo por órdenes de Carlos Andrés y su ministro de la “Defensa”. La sociedad venezolana, pobreza extrema, exclusión, discriminación de indígenas y afrodescendientes (un grupo de neonazis escribía en las paredes de Caracas, Maracay, Valencia “Mata a un negro y cobra tu Pepsi”), crisis económica y se remata con el “paquete neoliberal”, Carlos Andrés endeudaba al país con el FMI y éste, el Fondo Monetario Internacional, le ponía condiciones (si te presto, yo te digo lo que debes hacer para que me puedas pagar), 2% del PIB para Educación con prohibición de seguir construyendo liceos, ya que la orden era privatización del diversificado y de la universidad (por eso se creó un certificado de noveno grado ya que hasta allí iba a llegar la responsabilidad del Estado en la educación de los jóvenes, dejando el resto a la familia). La “colaboración” para inscribir estudiantes en escuelas y liceos, se convirtió en un pago obligatorio para tener acceso a un cupo, la educación poco a poco se estaba privatizando y las mamás terminaron mendigando un derecho.
La esperanza por el suelo, el desaliento haciendo su estrago y la dignidad de Patria ni siquiera era posible soñarla. Amanecimos el 4 de febrero de 1992 con un joven militar que se hacía responsable de una revuelta que se convirtió en un HURACÁN, un POR AHORA lleno de esperanza, de luz en el camino, de un grito de guerra contra el descaro y la indolencia. EL DÍA EN QUE SE NOS DEVOLVIÓ EL ALMA AL CUERPO. Venezolanas y venezolanos que con la patria en el corazón y Bolívar en el pensamiento, sabíamos que este joven nos estaba diciendo, YA ESTO NO TIENE MARCHA ATRÁS, definitivamente ERA EL DÍA DE LA DIGNIDAD. Pasaron muchos años más, pero este joven HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS seguía trabajando desde la cárcel, visitado por toda la gente digna y noble de esta Patria que no iba a desmayar. Mientras tanto, sale un informe en 1994 de intelectuales (los notables), exclamando que la desnutrición infantil alcanzaba el 40 % de la población con “daños neuronales irreversibles”, en 1996 una huelga de maestras y maestros que duró la mitad del año escolar donde los sindicatos pactaron y sólo se alcanzó el aumento de 13%. Seguíamos aguantando la mediocridad, pero ya Chávez nos había devuelto la esperanza.
Y SE HIZO PRESIDENTE. Su primera orden en Educación (año escolar 1999-2000), fue la prohibición de cobro de inscripción en las instituciones educativas. Nada más por esa medida, en ese año se inscribieron 400.000 niños y niñas más en el sistema escolar. Luego crea las escuelas bolivarianas y el Programa Alimentario Escolar PAE y junto con el INN, se monitoreó que los niños y las niñas comieran en las escuelas (ya para el 2012 la desnutrición infantil iba por 9%). Con una tremenda CRBV que establece la Educación como Derecho Humano y obligatoria hasta el pregrado universitario, se elimina en el 2002 el certificado de noveno grado y se crea el SISTEMA EDUCATIVO BOLIVARIANO: educación inicial (Simoncitos), educación Primaria (escuelas bolivarianas, Educación Media con liceos bolivarianos y escuelas técnicas robinsonianas). En 1999 Hugo Chávez recibe una educación de exclusión (por cada 100 niñas y niños que entraban al primer grado, 18 salían de bachiller y 5 entraban a educación universitaria). En el 2012, en todo el sistema educativo, incluyendo misiones Robinson, Ribas y Sucre, la República Bolivariana de Venezuela alcanzaba los 14 millones de personas estudiando.
En el 2012, el Presidente Chávez realiza una genial sistematización de la Revolución Bolivariana y plantea EL GOLPE DE TIMÓN, lo viejo, el capitalismo, se estaba tragando los logros de la revolución. Las viejas lógicas se empiezan a imponer y es donde afirma que sin espíritu socialista no hay socialismo, sin espíritu comunal no hay comuna. Todos los esfuerzos se dirigen entonces a dar el giro necesario. Nos deja nuestro comandante en marzo del 2013, recoger el testigo y seguir por el camino de la dignidad con un despiadado imperio que ha utilizado todas las recetas de guerra contra nuestro pueblo, no ha sido fácil. La educación resistiendo, en latencia la revolución educativa para poder resistir guerra y pandemia (resguardarse en tormenta no da para maniobrar mucho). Hoy, nuestro Presidente Nicolás Maduro reitera el camino al socialismo y con la firmeza del legado de nuestro comandante nos encomienda a Resistir pues el imperio no va a desistir en acabarnos, a Renovar pues O inventamos (crear nuevas lógicas y métodos) O erramos (vagar, desviarse, no dar con el punto o con el fin), y a Revolucionar o nos devora lo viejo que no termina de morir. Hoy, 30 años después, el sentimiento generado por el joven militar sigue siendo luz en el camino, un sentimiento que se convirtió en PENSAR, SENTIR, DECIR Y HACER: se convirtió en CHAVISMO (socialismo bolivariano, feminista, multiétnico y pluricultural). 30 años de DIGNIDAD a lo mejor no te pone un plato de comida en la mesa pero te da una fuerza (conciencia, conocimiento, convicción y compromiso) que crece y obliga a una nueva ética que juntas y juntos debemos seguir construyendo y consolidando.